De la parentela de otros maderos y puntales son la toza
(sic) el madero de cuenta (cada una de las piezas de madera sobre que se funda
el casco de un buque), el alefriz (ranura que se abre en una pieza, para que en
ella encajen los cantos o cabezas de los tablones), el bao (cada una de las piezas de la armazón
de un buque que atraviesan de un costado a otro y sostienen la cubierta), el durmiente
(madero colocado horizontalmente y sobre el cual se apoyan otros horizontales y
verticales), el contradurmiente (tablón unido al durmiente para reforzarlo por
la parte inferior), el trancanil (serie
de maderos tendidos desde la proa a la popa, para ligar los baos a las
cuadernas y al forro exterior), la madre (cuartón grueso de madera, que va
desde el alcázar al castillo), el brazal (cada uno de los maderos fijados por
sus extremos en una y otra banda desde la serviola al tajamar), la cerreta o
brazal (madero fijo en la serviola), la percha, el estanterol (madero que en
las galeras se colocaba a popa en la crujía y sobre el cual se afirmaba el
tendal), el singlón, el genol, la cochinata (cada uno de los maderos de la
parte inferior de la popa, endentados en el codaste), las cuerdas, las esloras, la bordinga (madero
que se usa como refuerzo), el dragante
(en embarcaciones menores, madero colocado a pie del trinquete, sobre el cual
descansa el bauprés), el chique (madero
de refuerzo), el calzo (cada uno de los maderos que se usan a bordo para apoyar
objetos pesados), el postelero puntal que sujeta las mesas de guarnición), el
macarrón, el contrete, el charrancho, el barrotín y la barbilla.
Con tanto bailoteo de nombres substantivos de maderos y
maderas ya estoy un tanto confuso, indeciso y perplejo: ya no sé si soy nauta o
carpintero de ribera. Hablando de nautas recuerdo los rudimentos y las nociones
elementales del latín. Como todos sabemos, o casi todos, el latín no observa el
mismo orden que el castellano en la colocación de las palabras en la oración. El
sujeto, el verbo y los complementos pueden estar colocados en un orden
cualquiera, sin que el sentido se altere. Así, la frase puella vocat nautam (la niña llama al marinero), puede escribirse también en las formas
siguientes: puella nautam vocat; nautam vocat puella; nautam puella vocat; vocat puella nautam; vocat nautam puella.
De las cuadernas y piezas curvas hablaremos otro día.