sábado, 12 de septiembre de 2009

Un sueño kafkiano

La otra noche, en el Monte Perdido, adonde me había llevado mi intuición, o una corazonada, tuve una experiencia onírica. Un sueño raro, extraño, anormal; poco corriente. Era la hora del atardecer en pleno estío. Eran las últimas luces del crepúsculo... Tuve que ir abriéndome camino por un sendero que, al parecer, hacía ya mucho tiempo que no pasaba nadie por allí... A mis oídos llegaban las que yo creí dulces notas de los caramillos pastoriles. No tardaron en aparecer los pensamientos sombríos que me llevaron a esa montaña. El dúo pastoral del corno inglés y el oboe se subrayaba con trémolos de la cuerda; después, la canción del corno se hace dolorosa y la impresión deprimente se acentúa en mí con el sonar de los timbales... ¿Imaginario? ¿Irreal? ¿Ficticio? Y, por fin, cansado y sudoroso, llego a un claro...Y, agotado, me quedo dormido. Y sueño algo atípico, desacostumbrado, insólito... Era como un carnaval de los animales, como una especie de fantasía aristofanesca, donde se ofrecía un asombroso reino imaginario.
El desfile lo abría el león, la marcha real del león, rey de la selva y de la fauna animal; luego venían gallinas y gallos; en tercera posición los hemiones o asnos salvajes; detrás de éstos, creo recordar, las tortugas; después elefantes, canguros, unos personajes de orejas largas, un cuclillo en el fondo del bosque, la volatería, el cisne... Pero lo que más me llamó la atención fue, sin duda, la coreografía del Vals de las Sílfides, de Berlioz, y los ojos de gacela de la reina de las ninfas... ¿Dónde había visto yo antes aquéllos ojos? ¿Dónde? Y, en ese momento, estremecido, sobresaltado, desperté de mi sueño...
Perdido en el monte, extraviado, después de una noche de aquelarre, asaltado por una legión de fantasmas, brujas y monstruos, entre gritos y macabras carcajadas, bajé corriendo del bosque maldito, tropezando y cayéndome varias veces... ¿Volveré algún día al Monte Perdido...? Pero, al mismo tiempo, me pregunto: ¿Estuve alguna vez en el Monte Perdido...?