martes, 15 de enero de 2013

VELAS Y VIENTOS, VIENTOS Y VELAS (VIII)

Pues, sí. Mi unicornio azul... “Si alguien sabe de él, / le ruego información, / cien mil o un millón / yo pagaré. / Mi unicornio azul / se me ha perdido ayer, / se fue.” Y, como dice el viejo tango, desde que se fue, nunca más volvió.
Vamos a reanudar lo de la jarcia. Dispuestas paralelamente las fibras vegetales en la operación de elaborar la jarcia, unas a continuación de otras y con sus extremidades intercaladas, al torcerlas o colcharlas de derecha a izquierda se obtienen las filásticas . La resistencia a la ruptura de una filástica de cáñamo acostumbra a ser de 45 kg. El colchado del cabo aumenta su elasticidad y resistencia a los esfuerzos de tensión por los esfuerzos de las fibras, lo menos en un tercio. Varias filásticas colchadas de derecha a izquierda, o sea, al revés del torcido de las mismas, constituye un cordón. Los cordones de una beta, guindaleza o calabrote deben tener el mismo número de filásticas, y éstas, a su vez, igual peso, torcido y calidad.


Por la elaboración y número de cordones, los cabos se denominan estacha o guindaleza, y calabrote. Hay guindalezas de tres y cuatro cordones; en las de tres la colcha es de izquierda a derecha; las de cuatro llevan un cordón interior de cáñamo o alma, colchado al revés, el cual no supone aumento en la resistencia, siendo su objeto llenar el espacio interno de los cordones a fin de mantener la forma de la guindaleza; la mena de las guindalezas usadas a bordo varía en la mayoría de los casos entre 116 y 331 mm.
El calabrote consta de nueve cordones colchados de tres en tres en guindaleza, y éstas lo están a su vez al revés o a la izquierda. La mena de los calabrotes se encuentra comprendida entre 70 y 337 mm, y a los de mayor grosor, empleados antes en el fondeo de las anclas, se les denominaba cables. También hay una clase de calabrotes de doce cordones , cuatro guindalezas y alma de cáñamo, pero que hoy apenas si se ven. A igualdad de mena, los calabrotes presentan cordones más delgados y por ello la diferencia de torsión entre los hilos centrales y los de la circunferencia es menor, resultando así más uniformes en resistencia y con la ventaja de que si se rompe un cordón no se debilita tanto como una guindaleza. El mayor trenzado del calabrote supone una dificultad a la penetración del agua y de ahí de que sean más duraderos. A fuerzas iguales, la relación entre el grueso de las guindalezas y calabrotes es de 8 a 10, y el alargamiento, inferior en las primeras.



La jarcia colchada al revés, del modo antes dicho, toma el nombre de jarcia de guillotina, y como los cabos elaborados así resultan muy broncos, casi no se emplea.
Para impedir la penetración de la humedad en el interior de los cabos y preservarlos de la destrucción por agentes atmosféricos, se alquitranan, lo cual puede hacerse cuando ya están colchados o antes; el último procedimiento de alquitranar cada filástica por separado, permite una mayor penetración del alquitrán y por tal motivo es el corrientemente utilizado. El alquitrán mejor es el de Suecia, dado en caliente a temperaturas de unos 75º y en cantidades del 13 o 14%; en la operación se tuercen las filásticas en el sentido de las fibras para impregnarlas bien y luego se prensan para quitarles el exceso de alquitrán, que es perjudicial por disminuir la resistencia del cabo al atacar la fibra. A cambio de la ventaja señalada antes, el alquitranado siempre hace perder a los cabos resistencia y flexibilidad; por esta razón solo se alquitrana la jarcia que deba estar a la intemperie y no precise ser flexible.
La impermeabilización de los cabos, cuando es necesaria, se hace con caucho o gutapercha líquida, o por inmersiones en mezclas de aceite de linaza, sebo, resina y bióxido de manganeso.
Alguien me ha dicho que estoy muy puesto en la materia. Gracias. Muy amable. ¡Pues, claro que estoy puesto! ¿No lo voy a estar? Y es que acuden a mi mente recuerdos, reminiscencias de otros tiempos, que necesito contar. Han sido muchos años de experiencia y práctica en buques y mares que no se olvidarán nunca. Jamás. En la vida...