martes, 11 de diciembre de 2012

VELAS Y VIENTOS, VIENTOS Y VELAS (IV)


Viento en popa y mar bonanza navegaba Sancho Panza...
Ebrio de salitre, embriagado de nitrato de potasio, impregnado de adarce, costra salina que las aguas del mar forman en los objetos que mojan, continuamos rememorando tiempos pasados. Se llaman vientos locales aquellos que obedecen a perturbaciones particulares de una región, siendo, la mayor parte de las veces, debidos al paso de ciclones o anticiclones móviles. Viento maestral es el que sopla entre poniente y tramontana. Manejable es el que, a pesar de ser duro, permite ejecutar cualquier maniobra. Viento marero es el que sopla de la parte del mar. Muy duro es el de fuerza 9 en la escala esa más de una vez citada. Viento oscuro es el que viene acompañado de cerrazón y obliga a aferrar parte del aparejo. Viento particular es el que sopla en algunos mares donde no es frecuente, ni su dirección constante. Vientos periódicos son los que soplan un determinado intervalo de tiempo en una dirección y luego en la dirección contraria. Son vientos de este tipo: los monzones, el terral y virazón, etc. Viento racheado es el que sopla intermitentemente, de un forma no continua. El rastrero es el viento bajo. Viento redondo es el que va rolando y sopla sucesivamente de todas las direcciones de la rosa. El traidor es el racheado. Vientos alisios son los regulares pertenecientes al régimen del frente polar.




Frases marineras: Abrir el viento. Como verbo activo, orzar cuando se va en popa cerrado, arribar cuando se navega de bolina, hasta tener el viento a un largo. Como verbo neutro, significa girar el viento desde las direcciones correspondientes a popa cerrado o de bolina, hasta ser largo en uno y otro caso. También se dice que el viento abre cuando en una virada por avante pasa, por efecto del movimiento giratorio del buque, desde la posición de fil de roda a la banda que va a ser nuevo barlovento. Acercarse al viento es orzar. A buen viento, a viento o con viento lleno: arribar, y también navegar con viento favorable o con todas las velas llenas, así como se expresa lo opuesto al decir contra viento. ¡Al viento, al viento! Voz de mando al timonel para que orce. A la voluntad, a merced de los vientos: dícese del buque arrollado por la fuerza del viento. Afirmar, afianzar, asegurar, fijar el viento. Afirmarse el viento: dícese del viento que después de haber estado soplando de varias direcciones queda fijo en una de ellas. Aguantarse con el viento: mantenerse orzado y sin perder notablemente barlovento, aguantando más o menos vela, según las circunstancias, pero siempre en cantidad superior a la que en las mismas se lleva de ordinario. Alargarse el viento: viento que va haciéndose cada vez más largo, es decir, que va rolando hacia la popa. Buscar el viento: orzar. Se usa ya como advertencia al timonel y no se descuide y orce a no desperdiciar, o refiriéndose al buque mismo, equivaliendo en este caso a ceñir mucho, partir al puño, pegarse al viento. También se dice ir a la mar a buscar el viento en el sentido recto de salir de puerto o separarse de la costa para encontrar viento más fresco.
Caer el viento es disminuir su intensidad o fuerza. Cargar el viento es cuando el viento arrecia; cerrar el viento es orzar para disminuir el ángulo del buque con el viento; equivale a cerrar el rumbo. Cerrarse con el viento en n sentido es orzar sin desperdiciar nada, y en otro es tener el buque la propiedad de ceñirse mucho. Cerrarse el viento es girar éste desde el ángulo en que se llama largo de más de doce o catorce cuartas, hasta que su dirección coincide con el de la quilla, en el sentido de popa a proa.
Todo ello arrostrando –afrontando, desafiando, encarando- todos los obstáculos y dificultades opuestas a un propósito. O sea, luchado a brazo partido contra los elementos...

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