miércoles, 7 de noviembre de 2012

VELAS Y VIENTOS, VIENTOS Y VELAS (II)


Aviso a navegantes: El búho de Minerva –la Atenea griega, la diosa de la inteligencia y del ingenio- siempre vuela al atardecer. Sí. El búho, ave rapaz, la más grande de las estrígidas europeas, que tiene vuelo silencioso y habita en lugares inaccesibles, siempre sobrevuela al anochecer. Cuando el crepúsculo vespertino nos anuncia la oscurecida, es cuando el noctívago señor de los ojos grandes sale de copas hasta altas horas de la madrugada... (El búho de Minerva, por si alguien desconoce la metáfora, es la inspiración, la iluminación).



Abundando en el asunto o materia de los vientos quiero decir que viento abierto es aquel cuya dirección forma un ángulo mayor de seis cuartas con la proa del buque. Viento a la cuadra es el que sopla por el través, formando un ángulo de 90º con la proa. Viento a la estrella es el viento del norte. Viento altano es el viento diurno que alternativamente sopla del mar hacia tierra y viceversa. Viento alto es el que, por encima de una cierta altitud, sopla con fuerza y dirección distintas a las del viento en la superficie del mar. Los vientos de altura son los vientos reinantes en las capas altas de la atmósfera. Viento a un largo es el que sopla del través hacia popa. Viento bajo es el que sopla sobre la superficie del mar, con distintas características del que existe a partir de una cierta altura. El viento blando es el bonancible que es el viento suave o moderado, fuerza 4, en la escala Beaufort, que permite llevar dado todo el aparejo. En tierra levanta el polvo y los papeles y mueve las ramas pequeñas de los árboles. Su velocidad es de 5,3 a 7,4 metros por segundo. Viento calmoso es el viento muy suave, no continuo y de dirección variable (ventolina). Viento cardinal es el que sopla de alguno de los cuatro puntos cardinales. Viento cascarón es el que obliga a tomar rizos a las gavias. Viento claro es el que, sin producir cerrazón ni chubascos, obliga a aferrar las velas altas. Viento corto es el que sopla de una dirección muy próxima a la proa. También se dice del viento flojo o brisa muy débil que sopla persistentemente. El viento de bolina es aquel cuya dirección es muy próxima a la proa y obliga a un buque de vela a ir ciñendo todo lo que pueda. Y el viento de bordada es el que permite dar una bordada larga para ganar barlovento o avanzar ventajosamente en el sentido de la derrota que sigue el buque. Aún hay más, bastantes más, pero lo dejo para otro día. ¿Conozco o no conozco vientos? Conozco yo más vientos que el propio Eolo, el hijo de Hipotes que, según la Odisea, habita en una isla flotante y tiene encerrados en un odre a los vientos para que no se desencadenen...

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