Es evidente que para entender algunos textos hay que recurrir
a la hermenéutica... (Inter nos: me he metido en un berenjenal
–también llamado galimatías- que no sé como voy a salir de él; mientras tanto,
vamos a hablar un poco más de Álvaro de Bazán).
En mayo de 1556, estando Bazán fondeado en Cascaes
(Portugal) con su armada, dio caza a una nave francesa, cobrando setenta
prisioneros y 15 cañones. En el mes de junio, corriendo la costa de Berbería
(País de lo bereberes), recibió noticias
de que dos naves inglesas mandadas por Richarte Guates se hallaban fondeadas al
abrigo de cabo Agüer, Alguer o del Agua y al amparo de su castillo,
transportando armas y municiones para los moros de Fez. Se encaminó con sus
naves a dicho cabo, forzó el fondeadero bajo el fuego de la artillería que lo
defendía, y rindió a los barcos ingleses, tomando 200 prisioneros y 60 piezas
de artillería y quemando además 7 carabelas armadas, destinadas a ir contra los
barcos españoles que pescaban en las proximidades de cabo Blanco.
El 8.5.1562 fue nombrado capitán general de una escuadra de
8 galeras y de una fragata, dedicada a la guarda del estrecho de Gibraltar y
norte de África. Los berberiscos y turcos, en combinación con los moriscos aún
en la Península, asolaban las costas del sur de España y atacaban sus plazas
africanas. También perturbaban la navegación española los corsarios ingleses,
escoceses y franceses. En 1563, encontrándose Bazán con sus naves en el Puerto
de Santa María, acudió a él el corregidor de Gibraltar, informándole que ocho
naos inglesas habían atacado a una francesa a la que no podían tomar porque no
se atrevían a ponerse bajo los fuegos del castillo de aquella plaza. Se
presentó Bazán con cinco galeras, dio caza a dichas naos y las apresó con sus
dotaciones, que sumaban 500 hombres, comprobándose que eran corsarios. Tomó
también 200 piezas de artillería.
Al empezar el año 1564 se supo que el bey (sic) de Argel se
preparaba para atacar Orán y Mazalquivir (Mers el-Kébir), con ayuda de los
turcos. Se ordenó el alistamiento de todas las galeras al servicio del rey y de
cuantas embarcaciones pudiesen llevar tropas. Don Álvaro salió para Vizcaya a
requisar chalupas, para unirlas a las que ya en el Puerto de Santa María tenía
requisadas su hermano Alonso. Al saberse que el de Argel desistía de su idea
porno mandarle el Turco su escuadra, el rey Felipe II decidió aprovechar la
acumulación de tan gran armamento para tentar la recuperación del Peñón de
Vélez de la Gomera, casi inexpugnable de corsarios berberiscos, capitaneados
por Kara Mustafá. Se dio el mando de la empresa a García de Toledo, jefe de las
fuerzas de Portugal y Malta, que reunió cincuenta y siete galeras de diferentes
reinos. Bazán se incorporó con otras veintidós, en el puerto de Palamós. Los
resultados de la jornada fueron altamente favorables. Bazán mandó la vanguardia
en la fase de aproximación al Peñón, reconoció la plaza, y el 6 de septiembre
desembarcó la artillería y dejó aquélla abastecida. Por orden de García de
Toledo, al retirarse la armada, se quedó rezagado en el Peñón, con siete
galeras de su mando.
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