sábado, 19 de junio de 2010

ORQUESTA

Quizás sea un tanto monótono y monotemático. Me tenéis que perdonar. Pero es que me he propuesto difundir y divulgar los grandes compositores clásicos para hacerlos más familiares. Aunque uno no tiene disposición para la música. Y como no sé mucho de perros, ni de caballos, ni de motos, que es lo que mola hoy en día, pues me he decidido a propagar la múchica cláchica. Alguien dijo: La Música es la fragancia del Universo. Diletantes en arte, gustaban hablar de cuadros y esculturas, de música y de versos. Diletante: Dícese, despectivamente, del que cultiva un arte o ciencia careciendo de la capacidad y preparación necesarias. Como es mi caso. Pero yo estoy acostumbrado a proejar, verbo intransitivo que significa remar contra la corriente o la fuerza del viento que embiste la embarcación por la proa, y voy a seguir haciéndolo.
Orquesta es el término que en el teatro griego antiguo indicaba el espacio dedicado al coro y que, posteriormente, fue el lugar que ocuparon, en el teatro, los músicos (que, en el siglo XVII, eran muy pocos, salvo casos especiales). La orquesta fue agrandándose lentamente con el paso del tiempo, llegando a su máxima expresión en la música sinfónica europea de la segunda mitad del siglo XIX. Su incremento obligó a colocar la orquesta, desde principios del XIX, en un foso adecuado; Wagner insistió especialmente en la colocación de la orquesta en el llamado foso místico.
Las orquestas suelen tener unos 8 contrabajos, 10 violoncelos, 12 violas, 16 primeros violines, 14 violines segundos y 2 arpas; 1 corno inglés, 3 oboes, 1 flautín, 3 flautas, 1 contrafagot, 3 fagots, 3 clarinetes, 1 gran clarinete, 1 tuba, 4 trombones, 4 trompetas y 4 trompas; 1 gong, 1 címbalo, 1 xilofón, 1 tambor, 1 bombo y 1 timbal. Con sus correspondientes atriles y partituras, claro...
Como curiosidad, Wagner, en su Tetralogía, dispuso la siguiente orquesta: 16 primeros violines y 16 segundos violines, 12 violas, 12 violonchelos, 8 contrabajos: 3 flautas y 1 flautín, 3 oboes y 1 corno inglés, 3 clarinetes y 1 clarinete bajo, 3 fagots y 1 contrafagot; 4 trompas, 4 tubas, 1 tuba contrabajo, 3 trompetas y 1 trompeta baja, 3 trombones tenores, 1 trombón bajo y 1 trombón contrabajo; 2 pares de timbales, triángulo, címbalo, bombo, carillón y 6 arpas. Posteriormente, la multiplicación de instrumentos no dio los resultados previstos y, contrariamente, con formaciones muy reducidas numéricamente se consiguieron sonoridades extraordinariamente ricas.

lunes, 14 de junio de 2010

Meistersinger

En el último momento musical, nombre que dio Schubert a algunas piezas breves para piano de forma libre, hablábamos de los Meistersinger. Con vuestro permiso voy a extenderme un poco más en la historia de estos gremios que inspiraron a Wagner Los Maestros Cantores de Nurenberg.
Meistersinger era el nombre que se daba a los maestros cantores burgueses o artesanos alemanes de fines del siglo XIII y que perduraron hasta el siglo XVI. Dedicaban su ocio a la composición poética y musical, aunque siguiendo una serie de reglas en cuanto al texto, melodía, métrica e interpretación. A causa de estas limitaciones sus composiciones solían pecar de falta de espontaneidad, de rigidez y de un exceso de retórica. Cultivaron el estilo monódico y produjeron obras un tanto desfasadas a su tiempo. Los iniciadores del Meistergesang (cantos de los maestros, muy relacionados con los gremios) fueron Werner von Hohenberg, Reinmar el Viejo, Neidhart, Boppe, Conrad von Würzburgn, Der Marner, Reinmar von Zweter, Regenbogen, Heinrich von Meissen y Wernher. Heinrich von Meissen fundó la primera escuela de maestros cantores de Maguncia (Mainz) en 1296. El más célebre de todos fue Hans Sachs. Sobre el personaje de este último, Wagner compuso la ópera Die Meistersinger von Nürnberg de la que ya hemos hablado anteriormente.

sábado, 5 de junio de 2010

RICHARD WAGNER

Los maestros cantores de Nuremberg (Die Meistersinger von Nürnberg), es una ópera de Richard Wagner, sobre texto propio, en tres actos y cuatro cuadros, estrenada en Munich el 21 de junio de 1868. Situada en la época de los Meistersinger o cantores de los gremios (panaderos, sastres, zapateros...), durante el Renacimiento alemán, tiene como figura principal la del popular Hans Sachs, zapatero de Nuremberg. Un caballero, Walther von Stolzing, se ha enamorado de Eva, hija del orfebre Veit Pogner, quien ha ofrecido la mano de su hija como premio al que gane el torneo de canto de aquel año. Walther topa con las normas inflexibles del canto impuestas a rajatabla por el ridículo notario Beckmesser, que por su parte aspira también a la mano de la muchacha. Eva y Walther se aman y están a punto de fugarse, pero Hans Sachs, que también ama en secreto a la muchacha, evita la fuga y las desastrosas consecuencias que tendría para la reputación de Eva. Luego contribuye activamente a hacer fracasar la ridícula serenata de Beckmesser y ayuda a Walther a componer la canción que con su espontánea inspiración es capaz de cautivar a los maestros. Beckmesser, que viene a buscar sus zapatos a casa de Sachs, encuentra un esbozo de la canción y tomándola por obra del zapatero, la roba. La fiesta de San Juan congrega todos los gremios en la pradera y allí Beckmesser hace el ridículo con la canción robada, mientras Walther gana el torneo y la mano de Eva. Finalmente todos los agremiados agradecen a Sachs su labor en pro de la música y del arte, y éste recomienda a todos los presentes que defiendan la grandeza del arte alemán.
El tema que cantan los zapateros se titula “¡San Crispín, alabadle!” y sus estrofas son: ¡San Crispín, alabadle!/ Fue un santo varón que/ demostró de lo que es capaz un zapatero./ Era buen tiempo para los pobres,/ a los que les hacía zapatos calientes,/ y si nadie quería prestarle cuero,/ lo robaba para ese fin./ El zapatero tiene ancha conciencia,/ hace zapatos a pesar de las dificultades,/ y desde que la piel sale del curtidor,/ ¡strec, strec, strec!/ así se estira la piel./”
En alemán sería: Sankt Krispin, lobe ihn!/ War gar ein heiling Mann,/ zeigt` was ein Schuster kann./ Die Armen hatten gute Zeit,/ macht` ihnen warme Schuch`/ und wenn ihm keiner`s Leder leiht,/ so stahl er sich`s dazu... etc, etc, etc...
Y ahora viene la broma o la parodia o como quiera llamársele: ¿No encontráis, en estas estrofas, alguna connotación, algún matiz, algún sentido, con la actualidad política, económica y financiera de mi querida España? Yo, sí...