No quisiera caer en tautologías ni en
pleonasmos, es decir, en prolijidades y redundancias, pero sí quiero
explayarme, extenderme un poco más, con los vocablos ló y
lof.
En Navegación y Maniobras,
antiguamente, el primer vocablo -ló- era orzada, acción de
orzar. En ocasiones también solía usarse como imperativo y entonces
se pronunciaba con f final. Por ejemplo, se decía ¡lof!
¡lof! por ¡orza! ¡orza! En los demás casos o siempre que entraba
en frases, dejaba de añadírsele la f. Así, ¡no venir más
de ló! (¡no orzar más!). Son frases marineras: ¡Meter de ló!,
antiguamente, orzar. ¡Todo de ló! Orzar todo u orzar a la banda.
¡Aguzar de ló! Antiguamente, según unos, ceñir o puntear el
viento, y según otros, orzar demasiado o trincar.
En cuanto a la segunda voz –lof-
puedo decir que en Arquitectura Naval y Maniobras es cuadra,
en su acepción de sitio exterior del costado en que la manga del
buque es la cuarta parte de su longitud, ya se cuente desde proa o
desde popa, y también en la de cuaderna cuadra o redel de
popa o proa. Además, también, asimismo, es el punto en que
coinciden la cuadra y la amura del buque, o más bien ésta y
cualquiera otra cosa relativa al movimiento de orzada o acción de
orzar. Virar lof por lof, antiguamente, era virar por redondo.
Y ahora le tocaría el turno a los
tablones y forros pero son palabras más humildes, más modestas,
menos sonoras o sonables. Más pobres, poco atractivas. Voy a
escoger unas pocas. Por ejemplo contracostado o embono.
El embono o contracostado es el forro de tablones con que se embona
un buque. ¿Y qué es embonar? se preguntarán algunos. Pues embonar
es eso: forrar exteriormente con tablones el casco de un buque.
¡Anda! En el primer párrafo decía que no quería caer en
redundancias. Pues me temo que no solo he caído sino también
derrumbado y desplomado...
Otro ejemplo: trancanil. ¿Qué
es el trancanil? El trancanil (en francés antiguo, traquenin;
en italiano, trinquenin), es la serie de maderos tendidos
desde la proa a la popa por ambas bandas, que forman la primera
plancha del costado de la cubierta, o, también, pieza que une las
cabezas de los baos de las distintas cubiertas con las cuadernas. El
trancanil toma el nombre de la cubierta o superestructura donde va
situado; así se dice: Trancanil de la cubierta de paseo, de
la cubierta principal, del puente, de la toldilla, etc. ¿Y
el sobretrancanil? En los buques de madera es la primera hilada
interior de tablones situada encima del trancanil y que suele ser
algo más gruesa que las tablas del entrepuente. Y, por último, el
contratrancanil. El contratrancanil es la hilada o traca de tablones
más gruesos que los otros de cubierta, entre el trancanil y el forro
de aquélla. ¿Queda claro? Yo, diría que sí... ¿O no?
Me parece un poco corta esta entrega.
¿Qué me podría servir de henchimiento? (Henchimiento, en
Arquitectura Naval, es la pieza de madera con que se rellena el hueco
de otra pieza principal). Habrá que acudir a la(s) página(s) de la
memoria...
Entre los navegantes, celaje es
cualquier clase de nubes. Celajes son nubes muy tenues de
vivos y variados colores que forman figuras caprichosas; suelen verse
en las puestas de sol de los trópicos. Son frases marineras:
Agarrarse a un celaje que quiere decir tener recursos para
salir bien de una coyuntura difícil o aprovechar todas las
ocasiones. Ser un celaje o ir como un celaje quiere
decir ser vivo, rápido. Mascar celajes significa estar en la
indigencia, no tener que comer. Celajería es el conjunto de
nubes o celajes. Según su forma, tamaño y situación, se dice
celajería suelta o espesa, delgada o gruesa, clara
u oscura, alta o baja, cargada o ligera. Romperse
la celajería es dividirse, separarse las nubes. ¿Os ha gustado el
henchimiento? Me alegro.
“Si fueras barco velero / contigo me
casaría / pero como eres de guerra / temo a la artillería...”
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