Aviso a navegantes: El búho de Minerva
–la Atenea griega, la diosa de la inteligencia y del ingenio-
siempre vuela al atardecer. Sí. El búho, ave rapaz, la más grande
de las estrígidas europeas, que tiene vuelo silencioso y habita en
lugares inaccesibles, siempre sobrevuela al anochecer. Cuando el
crepúsculo vespertino nos anuncia la oscurecida, es cuando el
noctívago señor de los ojos grandes sale de copas hasta altas horas
de la madrugada... (El búho de Minerva, por si alguien desconoce la
metáfora, es la inspiración, la iluminación).
Abundando en el asunto o materia de los
vientos quiero decir que viento abierto es aquel cuya dirección
forma un ángulo mayor de seis cuartas con la proa del buque. Viento
a la cuadra es el que sopla por el través, formando un ángulo de
90º con la proa. Viento a la estrella es el viento del norte. Viento
altano es el viento diurno que alternativamente sopla del mar hacia
tierra y viceversa. Viento alto es el que, por encima de una cierta
altitud, sopla con fuerza y dirección distintas a las del viento en
la superficie del mar. Los vientos de altura son los vientos
reinantes en las capas altas de la atmósfera. Viento a un largo es
el que sopla del través hacia popa. Viento bajo es el que sopla
sobre la superficie del mar, con distintas características del que
existe a partir de una cierta altura. El viento blando es el
bonancible que es el viento suave o moderado, fuerza 4, en la escala
Beaufort, que permite llevar dado todo el aparejo. En tierra levanta
el polvo y los papeles y mueve las ramas pequeñas de los árboles.
Su velocidad es de 5,3 a 7,4 metros por segundo. Viento calmoso es el
viento muy suave, no continuo y de dirección variable (ventolina).
Viento cardinal es el que sopla de alguno de los cuatro puntos
cardinales. Viento cascarón es el que obliga a tomar rizos a las
gavias. Viento claro es el que, sin producir cerrazón ni chubascos,
obliga a aferrar las velas altas. Viento corto es el que sopla de una
dirección muy próxima a la proa. También se dice del viento flojo
o brisa muy débil que sopla persistentemente. El viento de bolina es
aquel cuya dirección es muy próxima a la proa y obliga a un buque
de vela a ir ciñendo todo lo que pueda. Y el viento de bordada es el
que permite dar una bordada larga para ganar barlovento o avanzar
ventajosamente en el sentido de la derrota que sigue el buque. Aún
hay más, bastantes más, pero lo dejo para otro día. ¿Conozco o no
conozco vientos? Conozco yo más vientos que el propio Eolo, el hijo
de Hipotes que, según la Odisea, habita en una isla flotante y tiene
encerrados en un odre a los vientos para que no se desencadenen...
No hay comentarios:
Publicar un comentario