La Polinesia, parte oriental de Oceanía, la única que pertenece al hemisferio occidental, tiene en torno a trescientos mil kilómetros cuadrados. Comprende los archipiélagos de Nueva Zelanda y dependencias, Samoa, Tonga, Polinesia francesa, Hawai, Wallis y Futuna, y Pascua. Forma un semicírculo que se extiende sobre una superficie oceánica de más de 30 millones de km2. Son islas de carácter volcánico unas y coralino otras; las primeras son montañosas (Hawai, Tonga y Nueva Zelanda) y cubiertas de bosque. Las coralinas, principalmente los atolones, llanas y cubiertas de cocoteros, constituyen un rasgo característico de esta área del Pacífico; la mayoría están deshabitadas y solamente son visitadas para la recolección de copra. Polinesia tiene un clima tropical, con una temperatura de unos 26º, excepto en Nueva Zelanda, donde domina el clima oceánico. La mayor parte de la población es blanca de origen europeo (Nueva Zelanda, Hawai) o amarilla de origen asiático (Hawai). Los recursos económicos se basan en la producción de nuez de coco, copra, caña de azúcar y frutos tropicales, y en el turismo.
En los territorios que comprende la Polinesia se distinguen varias regiones artísticas con caracteres muy diferenciados. En las islas Marquesas se han hallado estatuas antropomórficas (tiki) de piedra o madera e innumerables objetos decorados con motivos geométricos. La originalidad de las islas Hawai se manifiesta en los trabajos de plumería realizados sobre toscos tejidos sacados de una hierba urticácea, y también en pequeñas estatuas de madera (ancuakua) estilizadas y en las realistas estatuillas de basalto; más perfectas son las representaciones del dios de la guerra Kukelimoko, realizadas con labor de plumería sobre una armazón vegetal a la que se incorporan cabelleras humanas, dientes de perro en la boca y placas de nácar a modo de ojos. En las islas Samoa el arte de los nativos actuales se manifiesta en la decoración de las tapa o telas de corteza. El carácter decorativo y mágico del arte de Nueva Zelanda es patente en las figuras humanas naturalistas o estilizadas, de marcado carácter grotesco y adornadas con innumerables collares (hei tiki); la decoración geométrica de estas figuras, junto con un proceso simplificador, sustituyó la forma humana por los elementos decorativos. En la isla de Pascua destacan las grandes estatuas (de 1,50 a 11 metros de altura) de roca volcánica que representan el torso y la cabeza de figuras generalmente masculinas; la mayoría de ellas están situadas sobre plataformas (ahu) funerarias; menos importancia tienen las tahonga, figurillas en madera tallada que poseen dos cabezas humanas, las figuras de animales y los pequeños ídolos domésticos; cabe destacar también las hokau rongorongo, maderas grabadas con extraños signos. La Melanesia, grupo de archipiélagos de Oceanía, está al NE de Australia. Sobre un zócalo submarino, que en parte es continuación del australiano, se levantan dos arcos concéntricos de archipiélagos de dirección NO.-SE. En el extremo SE, el archipiélago de Fidji es el enlace con el arco micronésico. Morfológicamente, se caracterizan por ser regiones montañosas, formadas por materiales paleozoicos, muy erosionados; las cordilleras siguen una dirección longitudinal y a menudo se ven interrumpidas por profundas gargantas. La mayor altitud se encuentra en Nueva Guinea (monte Sukarno, 5030 metros). En el arco exterior predominan las formaciones volcánicas. La población es escasa y está irregularmente distribuida. El término Melanesia se refiere a la raza negra de sus habitantes. En algunas islas se encuentran variantes originales: en Bougainville (Salomón) hay variedades de pigmeos; en las Nuevas Hébridas existen caracteres papúes (melanesios de Nueva Guinea). Hablan gran variedad de idiomas (se citan 23 en Nueva Caledonia y 40 en las Salomón). Profesan las religiones animista (53,4%), cristiana (protestantes, 20,9%; católicos, 17,7%) o hinduista (3,8%). La población no indígena es inmigrada de la India y Pakistán. Las poblaciones de las montañas no han salido todavía de la Edad de Piedra; en el litoral conocen una cultura rudimentaria basada en el cultivo de azada. La economía sigue siendo depredativa en muchos sectores; los núcleos más evolucionados cultivan los productos coloniales (coco, cacao, café, etc.) y trabajan los bosques. En Nueva Caledonia tiene cierta importancia la minería (zinc, cobre, plomo argentífero, oro, cromo, cobalto y, sobre todo, níquel). Las comunicaciones terrestres son escasas y los melanesios no son expertos marineros, raíz del aislamiento que tiene como resultado la pureza de su cultura. La situación política es tan compleja como su estructura física; la mitad E. de Nueva Guinea, con el archipiélago de Bismarck, algunas islas Salomón y las Louisiadas forman parte de Papuasia-Nueva Guinea; Nueva Guinea Occidental o Irian pertenece a Indonesia; las Salomón son un Estado independiente desde 1978; Nueva Caledonia es un territorio de ultramar francés; las Nuevas Hébridas constituyen desde 1980 el Estado de Vanuatú, y las Fidji forman asimismo un Estado independiente desde 1970.
Los Estados Federados de Micronesia es una República del Pacífico Sur que comprende más de 600 islas e islotes agrupados en los estados-islas de Yap, Truk, Pohnpei (Ponape) y Kosrae, todos pertenecientes al archipiélago de las Carolinas. La población presenta etnias diversas dentro del grupo micronesio. No existe una lengua oficial; además del inglés se hablan numerosas lenguas del grupo malayo-polinesio. Las principales actividades económicas son la agricultura de subsistencia (coco, batata, frutos tropicales) y la pesca. La capital es Palikir, en la isla de Pohnpei.
En 1978 los distritos de las Carolinas distintos de Belau constituyeron una federación autónoma dentro de los Territorios del Fideicomiso de las islas del Pacífico Sur. (Palaos se constituyó en república). Al extinguirse el fideicomiso en 1986, los Estados federados ratificaron un acuerdo de libre asociación con EE.UU. que permitía la presencia de instalaciones militares de este país a cambio de ayuda económica. Micronesia ingresó en la ONU el 17 de setiembre de 1991.
No cabe duda. Es evidente: viajar ilustra e instruye mucho. ¿Verdad que sí...?
3 comentarios:
...y además viajar a ti te sale barato porque tu billete son los libros y no pasas por el aeropuerto.
jejeje
Sin duda, Miguel. El "jefe" viaja por la cultura, aunque ahora también le gusta pasearse por el mundo digital..... y "digi cual".
A mi me pasó lo mismo con el blog de Motoreina. Estuve un mes sin insertar ningún artículo. No es que canse, ni que aburra, solo que de vez en cuando hay que darse un pequeño respiro. Si tu afición se convierte en obligación, deja de ser tal afición...
En cuanto a lo de tus viajes, por lo que se ve (o se lee), eres un viajero nato...
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