sábado, 5 de junio de 2010

RICHARD WAGNER

Los maestros cantores de Nuremberg (Die Meistersinger von Nürnberg), es una ópera de Richard Wagner, sobre texto propio, en tres actos y cuatro cuadros, estrenada en Munich el 21 de junio de 1868. Situada en la época de los Meistersinger o cantores de los gremios (panaderos, sastres, zapateros...), durante el Renacimiento alemán, tiene como figura principal la del popular Hans Sachs, zapatero de Nuremberg. Un caballero, Walther von Stolzing, se ha enamorado de Eva, hija del orfebre Veit Pogner, quien ha ofrecido la mano de su hija como premio al que gane el torneo de canto de aquel año. Walther topa con las normas inflexibles del canto impuestas a rajatabla por el ridículo notario Beckmesser, que por su parte aspira también a la mano de la muchacha. Eva y Walther se aman y están a punto de fugarse, pero Hans Sachs, que también ama en secreto a la muchacha, evita la fuga y las desastrosas consecuencias que tendría para la reputación de Eva. Luego contribuye activamente a hacer fracasar la ridícula serenata de Beckmesser y ayuda a Walther a componer la canción que con su espontánea inspiración es capaz de cautivar a los maestros. Beckmesser, que viene a buscar sus zapatos a casa de Sachs, encuentra un esbozo de la canción y tomándola por obra del zapatero, la roba. La fiesta de San Juan congrega todos los gremios en la pradera y allí Beckmesser hace el ridículo con la canción robada, mientras Walther gana el torneo y la mano de Eva. Finalmente todos los agremiados agradecen a Sachs su labor en pro de la música y del arte, y éste recomienda a todos los presentes que defiendan la grandeza del arte alemán.
El tema que cantan los zapateros se titula “¡San Crispín, alabadle!” y sus estrofas son: ¡San Crispín, alabadle!/ Fue un santo varón que/ demostró de lo que es capaz un zapatero./ Era buen tiempo para los pobres,/ a los que les hacía zapatos calientes,/ y si nadie quería prestarle cuero,/ lo robaba para ese fin./ El zapatero tiene ancha conciencia,/ hace zapatos a pesar de las dificultades,/ y desde que la piel sale del curtidor,/ ¡strec, strec, strec!/ así se estira la piel./”
En alemán sería: Sankt Krispin, lobe ihn!/ War gar ein heiling Mann,/ zeigt` was ein Schuster kann./ Die Armen hatten gute Zeit,/ macht` ihnen warme Schuch`/ und wenn ihm keiner`s Leder leiht,/ so stahl er sich`s dazu... etc, etc, etc...
Y ahora viene la broma o la parodia o como quiera llamársele: ¿No encontráis, en estas estrofas, alguna connotación, algún matiz, algún sentido, con la actualidad política, económica y financiera de mi querida España? Yo, sí...

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