Por cierto, antes de que se me olvide: si Alphonse Daudet escribía sus cartas desde su molino, Les lettres de mon moulin, yo, poquita cosa, le petit chose, las voy a escribir desde mi piorno recién restaurado. (En otras zonas o comarcas de Galicia también se le llama cabazo y otros substantivos más). Cada uno tiene sus caprichos, antojos, chifladuras, gustos, deseos, mañas... Prosigamos y entremos en materia.
Hay que reconocer que, comunicarse, es muy difícil; casi nunca se dan las condiciones para ese platicar ameno, agradable y ático (véase aticismo), que a uno tanto le gusta, porque, como decía Gracián, “es la noble conversación hija del discurso, madre del saber, desahogo del alma, comercio de los corazones, vínculo de la amistad, pasto del contento y ocupación de personas.”
Ya hemos zarpado; ya nos hemos hecho a la mar; vamos a navegar en un bergantín, viento en popa a toda vela (ya hacía tiempo que no usaba metáforas marineras), en busca de la isla de
“Mira si he soñado cosas/ en esta noche pasada,/ que he soñado que era sueño/ aun lo mismo que soñaba”.
Guardo el recorte de un artículo titulado “La soledad”, de José M. Otero Lastres, catedrático de Derecho Mercantil, publicado en un diario regional el 26 de agosto de 2001, que, entre otras cosas, dice: “Porque se puede sentir soledad, aunque se esté acompañado por otros; y al contrario, se puede estar solo y sentirse plenamente acompañado”. (...) “El recogimiento voluntario, ocasional, y del que se puede salir en cuanto se desee, es una situación del espíritu sumamente deseable”. (...) “Es cierto que el hombre de hoy no ha visto disminuida, ni un ápice, su necesidad de participar de los sentimientos de los demás, de comunicar las vicisitudes de su vida. Pero no lo es menos que como ha ido perdiendo progresivamente la costumbre de reflexionar y de escuchar, ha tendido más al monólogo que a dialogar. Nos interesa más contar lo que nos pasa que oír, intercaladamente, las ideas ajenas. Y es por aquí por donde ha comenzado a instalarse entre nosotros una soledad que no consiste en falta de compañía ni en la tristeza por la pérdida de algo. Estamos en compañía, pero aislados, en lugar de acompañarnos mutuamente. Esta soledad en compañía, característica del hombre de hoy, que es cada vez menos ocasional, no la buscamos de propósito, al menos conscientemente, y, lo que es peor, lleva camino de ser irremediable”.
Dentro de poco más de un mes se van a cumplir ocho años de la publicación de este artículo. Y ¿sabéis por qué lo he guardado? Pues, muy sencillo: porque comulgo, coincido, concuerdo, comparto, participo, estoy de acuerdo, plenamente, enteramente, completamente, absolutamente, totalmente, plenariamente... ¿Se nota o no se nota que tengo diccionario de sinónimos y antónimos...? Pues eso.
Mientras escribía todo esto escuchaba el Concierto de Brandemburgo núm. 3, BWV 1048, el que se interpreta con mayor frecuencia de los seis de Johan Sebastian Bach. Alma noble y transparente, según tengo entendido... Y hasta aquí hemos llegado. Con las últimas luces del crepúsculo nos ponemos al pairo, con las velas tendidas y largas las escotas, cenamos y descansamos... Mañana, será otro día... Primera singladura.
10 comentarios:
"El recogimiento voluntario, ocasional, y del que se puede salir en cuanto se desee, es una situación del espíritu sumamente deseable".
Me quedo con esta frase o como dirías tú; comulgo, coíncido, comparto... jejeje.
Enhorabuena por esta brillante inauguración de tu flamante blog!!! Qué tiemblen Ernesto Sánchez-Pombo, Fernando Ónega, Enric Sopena y compañía
Pues yo me quedo con: "cada uno tiene sus caprichos, antojos, chifladuras, gustos, deseos, mañas...". Y lo aplicaría a todos los aspectos de la vida (yo me entiendo).
Tu segundogénito, se declara pública y oficialmente, seguidor de tu nuevo proyecto. Enhorabuena.
"Viento en popa a toda vela" esa es mi frase favorita, debe ser por mis raices marineras que se le va a hacer...pues como tal patrón de este barco se que vas a manejar este navío con total destreza y como dijo Esproceda en su canción del pirata "Que es mi barco mi tesoro, que es mi Dios la libertad, mi ley, la fuerza y el viento, mi única patria la mar..." enhorabuena por esta nueva aventura, y por no dejar nunca de sorprendernos...
Muchas gracias a mi segundogénito y a mi cuartogénito por sus amables palabras; y muchas gracias también, faltaría más, a mi nuera Rosario, Ro para los amigos, por sus no menos cariñosas frases... Mi idea es escribir todas las semanas alguna chorrada;los que nos ha tocado vivir en la costa,42 grados, 24 minutos, latitud Norte, aproximadamente,somos, todos, marineros en tierra, como Alberti, por eso voy a procurar que mis palabras estén fuertemente impregnadas de salitre. Como decía aquél: Pra mariñeiros, nos; os de agora non son mariñeiros: Os de agora son sportmen... ¡Ah! Saludo a mis nietos que me estarán escuchando... Un beso a cada uno de los tres.¡Muá! ¡Muá! ¡Muá!
El lunes después de correr con Paco por Siradella, bajé a pasear a la playa de Lanzada. Eran las 10:30 y apenas quedaban diez personas paseando.
Relajado, disfrutaba del entorno cuando en la orilla del mar vi algo que se movía. Me acerqué y no lograba distinguir en la penumbra. Me seguí acercando y vi una bella señorita con un tridente. Me miraba, me seducia......me seguí adentrando hasta que el agua me cubría por la cintura y logré ver a otras dos bellas señoritas. Me dijeron sus nombres:Tetis, Galatea y Anfítrite...............Me acordé de un artículo públicado hace años en "El sol de Sanxenxo".........
Creo que ya no se acercan a Silgar. Allí solo se encuentran botellas de whisky en el fondo del mar............
El recojimiento voluntario...cada uno tiene sus caprichos...viento en popa a toda vela...Tetis, Galatea...Yo me quedo con todo porque soy más pelota que nadie jajaja. Animo "jefe". Esperamos con ansiedad el siguiente post.
Ya sabéis todos que no soy de muchas palabras, pero, si se me permite, también quisiera quedarme con una frase: "Nos interesa más contar lo que nos pasa que oir, intercaladamente, las ideas ajenas.", esto, no va mucho conmigo, por que ya se sabe que a mi, me gusta más eso de estar "caladiña" en la esquina de la mesa o del salón, escuchando lo que tengan que contar los demás.
Pero no por esto, voy a dejar de decir lo orgullosa que me siento de ver el espíritu moderno, las ansias de saber cada vez más que tiene mi suegro, abuelo de mis hijos, padre de mi "santísimo" esposo (ansioso, hoy, por que hiciese algún comentario)
Me encanta que seas como eres, y ojalá que mis hijos sepan absorver esa sabiduria de abuelo que transmites. Un biquiño
Enhorabuena por una entrada totalmente digna de una excelente columna de opinión de contraportada por derecho propio. Da gusto leer algo tan bien escrito y con tanto sentido!! (últimamente escasea mucho). Sin embargo, creo que voy a ser la primera en contradecirte un poco. No porque te falte razón alguna, sino por la frase "lleva camino de ser irremediable". Considero que los comentarios que la gente ha dejado demuestran que sí interesa leer y saber las opiniones y pensamientos de los demás con respecto al mundo. Tal vez como salvavidas, buscando en ellos ayuda para responder a todo aquello que no entendemos de la vida, o simplemente para saciar un morboso ansia de curiosidad. Sea por el motivo que sea, el hecho mismo de escribir para compartir con otros, y que esos otros lo reciban, contradice el concepto que defiende el artículo. Mucho mejor así, porque demuestra que sí hay esperanza. Pero ese debe ser el propósito de formular en voz alta los defectos de nuestra sociedad: buscar la reacción y, con ello, la mejora de las cosas.
Genial.Más artículos!!!
En primer lugar, enhorabuena por esta iniciativa, y mucho ánimo. La red o Internet nos ha abierto campos de expresión en libertad que no deben ser desperdiciados, quizás los foros y blogs de hoy en día vienen a sustituir a aquellas “tertulias de café” donde se intercambiaban todo tipo de ideas entre amigos y no tan amigos. Confieso que, a pesar de pertenecer al grupo de “caladiños”, según denominación acuñada por mi querida prima Eva, tengo como una de mis buenas costumbres, buscar un espacio de tiempo libre, normalmente unas horas por la mañana del sábado o el domingo, para dedicarlo a la conversación en torno a una taza de café o una copa de vino, en muchas ocasiones en compañía de su segundogénito (en este caso café). Suscribo las palabras del Sr. Otero Lastres, en las que nos dice que, nos interesa más contar lo que nos pasa que oír las ideas ajenas, aunque yo añadiría que, nos interesa más que nos cuenten lo que queremos o nos gusta oír, que intercambiar nuestras ideas con las ajenas. La conversación, la comunicación entre las personas está siendo solapada, en muchos casos por la competitividad de la propia vida laboral y social, y otros por la dejadez de nosotros mismos, pasamos (y hablo de mi generación) de vivir la amistad y las relaciones sociales de un modo intensísimo en la adolescencia, con amistades que parecen inquebrantables, a refugiarnos en nosotros mismos y establecer vínculos a corto plazo, con compañeros de trabajo, negocios, etc. , vínculos que se desvanecen al mismo tiempo que el contrato de trabajo o el negocio realizado. Es esta la “soledad en compañía, característica del hombre de hoy” no lo sé, pero se le parece. Es cierto que no la buscamos en muchos casos a propósito, que como decía anteriormente las circunstancias familiares, sociales y profesionales nos empujan a ella, pero debemos hacer un esfuerzo para que no sea “irremediable”. Quizás Internet nos ayude a escapar de la “INCOMUNICACIÓN” toda vez que, necesitamos menos tiempo para escribir unas letras en un ordenador que para organizar una tertulia en el Café más próximo.
Un saludo.
Jessica: Como tú sabes mejor que yo, que solo he pisado un Instituto como padre de alumnos, según el mito griego recogido por Hesíodo, Pandora, que significa “todos los dones”, fue la primera mujer de la Tierra. Ya entre los mortales, abrió una caja que contenía todos lo males, y éstos se derramaron sobre la humanidad. Solo quedó en el fondo la Esperanza. Por eso se dice que es lo último que se pierde. Pero males como la discordia, la ambición, la codicia, la soberbia, la vanidad (vanidad de vanidad; todo es vanidad) la ira, la malicia, la mentira, la calumnia, la envidia, la desesperanza, los prejuicios (hay personas muy prejuiciadas, con el consiguiente perjuicio o daño en su honor) y algún otro que se me olvida en este momento, siguen revoloteando, como aves carroñeras, todos los días, a todas las horas, sobre nosotros. (La soberbia fue, quizá, el primer pecado del mundo, en otro contexto, el de los ángeles rebeldes, como es conocido de todos). En este mundo inmundo, cloaca máxima, en esta sociedad plena de miasmas y sofismas, donde la virtud es perseguida, el vicio aplaudido, la verdad muda y la mentira trilingüe, porque algunas personas tienen una lengua viperina más afilada que una navaja de Albacete, la mala baba, las insidias, asechanzas, patrañas, engaños, falacias, reticencias, insinuaciones e indirectas están a la orden del día. Y no hablemos de la violencia y la sevicia. O sea, en resumen, para acabar y no hacer demasiado largo este comentario: como dijo un poeta inglés, John Keats, que siempre buscó la Belleza y la Verdad, “este mundo es demasiado brutal para mí.”
Muchas gracias por tus palabras. Y ¡viva la Comunicación!
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